Gustavo Rodríguez Torres, Adrián Bazbaz Sheinberg y Daniel González Gómez Maganda, alumnos de cuarto semestre de IME, tuvieron que estudiar en libros y páginas web cómo funciona la aerodinámica sobre un avión, cómo hacer operar sus partes para que vuele adecuadamente, tuviera las prestaciones necesarias y cumpliera con los lineamientos de la competencia.
En un semestre los alumnos hicieron el diseño -en papel- y construcción del prototipo, al que tomaron como base para perfeccionar, ya con el uso de programas computacionales, al avión que terminaron por fabricar, cuyos cálculos de diseño les tomaron cinco meses, y sólo uno su elaboración.
El aeroplano tiene 3.40 metros de envergadura, 1.20 metros de nariz a cola, pesa 13 libras, está fabricado con aluminio, madera balsa y triplay, y sus alas -que interiormente cuentan con largueros para tener resistencia estructural- están recubiertas de vinil, para que el aire pase limpiamente sobre la superficie.
Lo anterior, unido a los 1.8 caballos de potencia de su motor FX61 -de fabricación comercial-, le permiten cargar un lastre de hasta seis kilos, tener un tope de velocidad de 43 millas por hora, así como entre 100 y 150 metros de altura máxima de vuelo, dependiendo de la altitud del lugar donde vuele.
Todo lo aprendido y desarrollado para este proyecto fue plasmado por los cuatro futuros ingenieros en el documento referido, donde dieron cuenta a la Sociedad de Ingenieros Automotrices (SAE, por sus siglas en inglés), de cálculos de arrastre, cuándo peso es capaz de levantar el avión y cuánto torque necesita para esto.
Tan sólo la investigación documental –ya que no pudieron asistir a Estados Unidos para volar su avión-, les permitió quedar en este rubro en el lugar 13, de 40 participantes; razón por la cual desean asistir en abril del 2013 al SAE Aero Design que tendrá lugar en Atlanta, Georgia.
Para esa justa construirán un segundo avión, a partir de las mejoras que le hagan al primero, como son: robustecer el tren de aterrizaje para que sea más estable, mover el motor hacia adelante para optimizar su centro de gravedad y perfeccionar el diseño de las alas.
De esta manera Aztek Aero Team, nombre del equipo de los estudiantes de la Ibero, afrontará la competencia de SAE; que consiste en desarrollar un avión que levante el vuelo con el mayor peso posible de carga, pues la idea del concurso es que al escalar los diseños a aviones reales, éstos serán capaces de transportar más pasajeros.
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